Les contamos las principales conclusiones del último Employer Brand Research 2017 de Randstad.
Por qué las empresas de hoy día ponen especial atención en la atmósfera y el clima así como en el espacio físico de las oficinas? Porque el Ambiente de Trabajo es uno de los factores más importantes a la hora de elegir una empresa para trabajar, permanecer en un empleo además de determinante para aumentar o reducir el estrés.
Recomienda además que una marca empleadora que busque mantener a los mejores talentos jóvenes debe hacer lo posible para generar un contexto de equilibrio en el que favorezca tanto la informalidad Y (millennials) como a la formalidad X (baby boomers).
Mucho se habla de cómo serán las oficinas del futuro, ya que para el final de la década los colaboradores Baby Boomers estarán por abandonar las empresas, mientras que cerca de la mitad de los trabajadores activos pasarán a ser Millenials, según el estudio.
El desafío para las organizaciones es aceptar el cambio
Para ello, las estrategias de marca empleadora deben ajustarse a este cambio, ya que dejará de ser la excepción como en el caso de las empresas tecnológicas, para convertirse en la nueva regla en ambientes de trabajo, donde los millenials pisarán cada vez más fuerte e impondrán su cultura.
En ese punto, es de notarse la informalidad de una oficina Y, donde la autoridad no se construye desde la posición que ocupa su superior, sino desde valores como la honestidad y desde capacidades como una buena comunicación.
En tanto que una persona algo mayor puede relacionar esto con una falta de respeto o un desconocimiento de la distancia que hay que mantener en la oficina; en cambio los Y poseen un concepto muy diferente donde la transparencia y la franqueza aparecen como factores muy marcados.
Esta informalidad alcanza también el espacio físico de las oficinas, que experimentan poco a poco cambios sustanciales. Mientras los baby boomers prefieren un ambiente estructurado para tener reuniones cara a cara, los Y prefieren reuniones más casuales, más rápidas y con destellos de reunión social.
En la medida en que la tendencia de las redes sociales avancen, las plataformas sociales y las apps cubrirán los espacios y las costumbres donde los miembros de la generación X están más acostumbrados.
Pero ojo, las organizaciones no deben descuidar a los colaboradores mayores en los aspectos de innovación, es recomendable que cuenten con políticas inclusivas para manejar bien la transición en la que nos encontramos.
«Estoy en el trabajo» versus «estoy trabajando»
Por consiguiente, lo que está cambiando realmente es el concepto del lugar de trabajo, que para las generaciones anteriores consistía en un espacio físico, con frases como “voy al trabajo” o “estoy en el trabajo”, mientras que para los millenials más que un trabajo se convirtió en una actividad; “estoy trabajando”.
Pero la segunda palabra clave para las oficinas del futuro es la flexibilidad, y los Y son capaces de hacer múltiples tareas con dedicación y compromiso. Pero mientras los X miraban constantemente el reloj detrás de su escritorio, esperando la hora de irse o de almorzar, los millenials esperan tener la libertad suficiente como para salir a despejarse o para tomarse un tiempo extra e ir al gimnasio en la hora del almuerzo.
En el mismo sentido, la diversidad es algo dado para los jóvenes, es un valor que ellos tienen naturalizado. En ese sentido, las marcas empleadoras tienen que hacer mayores esfuerzos para que la diversidad se convierta en una realidad y funcione como un factor de atracción y retención.
Pero si de palabras claves se trata, existe una que es capaz de resumir todo lo necesario para entender la oficina millenial; “el cambio”. Los Y son una generación inquieta, cambian de trabajo sin miedo y ese rasgo es quizá el que más los diferencie de los X y los emparente con sus hermanos menores, los Z.
En conclusión, el cambio llegó para quedarse. La pregunta es, estamos preparados?
