Más allá de una moda, puede ser contraproducente para ambos lados. Les contamos por qué!
Cuánta felicidad realmente ofrecen las organizaciones a sus miembros, ya que es lo que más buscan estos, según varios estudios que ya lo demostraron.
Es por lo que compiten las empresas con nuevas visiones, proporcionar ese deseo a los empleados con tal de atraerlos y retenerlos, pero al parecer esa obsesión puede terminar perjudicándoles.
Así es, conforme a una nota de El País de España publicado recientemente donde donde lanza la interrogante de cuán feliz se puede ser en el trabajo y que muchas veces causa más bien un ambiente artificial provocada por las propias compañías.
Menciona que nunca antes las palabras “felicidad” y “trabajo” habían aparecido con tanta frecuencia en una misma frase cuando se googlean ambos de forma conjunta, ya que por lo general sonaría algo contradictorio, al menos en el mundo anterior del trabajo.
Los resultados de dicha búsqueda, “felicidad en el trabajo”, arroja hasta 13.100.000 links; desde referencias al Día Internacional de la Felicidad en el Trabajo, el Congreso Internacional de Felicidad en el Trabajo, organizado por Aedipe Galicia, o al ya extinto Instituto Coca-Cola de la Felicidad dice la publicación.
Enlaza también entre otras a una consultora danesa, Woohoo Inc, que se define como “líder mundial en felicidad en el trabajo”, o una puntocom española que responde al nombre de felicidadeneltrabajo.es, además de varios perfiles en Linkedin donde algunos se “consideran directores de felicidad” y otros cientos de artículos o libros.
Imposición a la Felicidad?
Pero qué es la felicidad en el trabajo? Es igual fidelidad a mayor compromiso, menos absentismo y los beneficios que suelen asociarse a la satisfacción de los trabajadores son numerosos, sin embargo en ese afán de las empresas de tratar de imponer felicidad al equipo, en el fondo podría ser más bien una especie de control impregnado.
“Una empresa es humana y debe velar por el bienestar de sus empleados. Pero son los trabajadores los únicos responsables de cómo deciden vivir sus vidas, incluida la decisión libre y personal y en ningún caso laboral, de ser felices”, expresó David Criado, fundador de Iniciativa Vorpalina.
Explica que los modelos de “gestión de la felicidad” que proliferan en la actualidad en muchos casos son una irresponsabilidad y una impertinencia del desarrollo autónomo de la personalidad humana, porque la felicidad es una conquista personal y de nadie depende ser feliz salvo de uno mismo, se preocupó en aclarar.
Para Carlos Herreros, especialista en neurociencia aplicada a las organizaciones, entre los intentos más resaltantes detalla a firmas que diseñan espacios laborales cual fueran parques temáticos o flashmobs donde los empleados bailan una música alegre.
“Son las doctrinas del ‘hay que sentirse feliz siempre y en todo momento’, ‘al mal tiempo, buena cara’ y ‘hoy mi día va a ser más feliz que el de ayer”, comentó Herreros.
Emociones falsas
Para el mismo, el problema de esta sugerencia es que se pretende tapar con una falsa felicidad las emociones que se podrían sentir realmente a la par que de comprender la realidad, lo cual logra impedir tomar medidas para cambiarla.
André Spicer, profesor de Comportamiento Organizacional de la Universidad de la City de Londres, cree que una parte de la actual preocupación que muestran las empresas por la felicidad de sus empleados obedece a razones cosméticas.
“Resulta irónico que el momento en que el discurso de la felicidad se ha convertido en prioritario en las agendas de las empresas coincida con uno de los periodos de mayor degradación del empleo, con altos niveles de desempleo juvenil, precariedad, uberización y puestos de trabajo bajo la amenaza de ser reemplazados por robots”, aseveró.
Por su parte, Juan San Andrés, consultor de organización, menciona que presentar una imagen humana, amable y feliz es crítico para obtener resultados empresariales buenos, además de ser un factor de diferenciación positiva de cara a atraer al talento más joven, que por el contrario a un profesional de 40 años, ese anzuelo no le dice casi nada.
El psicólogo y autor de libros de autoayuda, Eparquio Delgado, concluye el material aportando que para las empresas es “una ganga” tener trabajadores que rindan mucho y cobren poco, que si además se sienten bien y no se quejan, menos dolores de cabeza serán para todos.
