Se los desvinculó por practicar «hechizos» y «fengshui».
Las creencias y supersticiones varían mucho de cada cultura o nación, y dependiendo de estas, las organizaciones quizás puedan mantener una postura respecto a ciertos hechos alusivos, sin olvidar que muchas de las multinacionales de la región provienen de otros hemisferios.
En donde sí es considerado un acto casi criminal las prácticas supersticiosas es en China, ya que recientemente el portal iProfesional levantó un artículo donde afirma que son motivos de despido.
Así como lo leyó, dos funcionarios del gobierno de ese país perdieron su puesto por realizar supuestas prácticas supersticiosas y por haber fijado como gasto corporativo clases de feng shui.
Es así que uno de ellos fue privado de continuar con sus servicios por derivar al partido el coste de sus cursos de feng shui, mientras que al segundo lo desvincularon por realizar «hechizos» a cambio de dinero, según el portal.
Continúa la nota contando que ambos trabajaban en la provincia de Hunan, al sureste del país y tras haber sido expulsados del Partido Comunista Chino, se les abrirá una investigación por presuntos actos criminales.
Casos
El caso de los cursos lo llevó a cabo Tang Yuansong, un antiguo funcionario de vivienda de la provincia de Hunan, acudió desde 2008 a cinco cursos de entrenamiento de feng shui con el pretexto de llevar a cabo visitas de investigación, según informó la agencia de noticias Xinhua.
A esto suma que cargó los costos de 54.000 yuanes (6.766 euros) por sesión, como gastos corporativos, según indicó el medio oriental, citando un comunicado de la agencia anti-corrupción local.
El otro funcionario despedido trabajaba en la misma provincia y habría pedido a otras personas que levantaran un altar para lanzar hechizos por los que debían pagar 100.000 yuanes (12.532 euros) como tributo, con la esperanza de ascender en sus empleos.
El Gobierno chino es conocido por ser extremadamente estricto en estos aspectos, además de que los miembros del Partido Comunista no deben practicar ninguna religión en un país oficialmente ateo y no aplaude las creencias supersticiosas populares.