RR.HH. debemos tener en cuenta los límites de nuestros líderes en el trabajo.
El uso del sentido de humor de un líder dentro de las organizaciones, puede ser un arma de doble filo, con efectos a veces sorprendentes en el comportamiento, ya que también puede dar paso a comportamientos negativos no intencionados entre los trabajadores.
Es lo que menciona la prestigiosa revista Harvard Business Review, en base a una investigación realizada por un grupo de docentes de la Universidad Nacional de Singapur, que buscaba entender el impacto que pueden tener las bromas realizadas por alguna persona al mando, en cuanto al comportamiento y las acciones de los empleados.
El sitio indica que los responsables del estudio, recopilaron datos de trabajadores de China y Estados Unidos en tres momentos distintos, separados entre sí por aproximadamente dos semanas.
En la primera encuesta, pidieron a los empleados que indiquen cómo de “graciosos” eran sus encargados en el entorno de trabajo. Después, en la segunda encuesta, pidieron que valoren las relaciones que mantenían con sus superiores en el trabajo, además de su percepción acerca de cómo de aceptable consideraban infringir las. En la última encuesta, midieron la visión que tenía cada trabajador de su propio compromiso y actitud en el trabajo.
Teorías
Durante la recolección de datos aplicaron teorías como la violación benigna, que dice que existen tres factores que hacen que una situación resulte graciosa como ser considerada una violación o que contradice las normas aceptadas de cómo deberían ser las cosas; es benigna porque no representa una amenaza directa y ambos deben presentarse de manera simultánea ya que no sería gracioso si se presentasen por separado.
Dicho concepto fue fusionado con otra teoría conocida como procesamiento de la información social, que se centra en la manera en que los empleados interpretan las acciones de sus responsables directos como pistas sobre cómo comportarse dentro del trabajo, lo que termina por definir los límites de qué comportamientos se consideran aceptables y cuáles no.
Al combinar ambas teorías, pudieron estudiar el impacto de las muestras de humor de un líder para indicar la aceptabilidad de violar las normas dentro del trabajo. Si esa aceptabilidad se consideraba alta, podría llevar a que los trabajadores sigan cada vez comportamientos más desafiantes como ausentarse del puesto de manera crónica, ignorar las instrucciones de un manager, compartir información confidencial, falsificar facturas y beber alcohol dentro del horario de trabajo entre otros aspectos.
Es así que la investigación encontró que el humor puede producir un amplio abanico de efectos sobre el comportamiento organizacional de los trabajadores. Por un lado, puede mejorar la percepción que tienen los miembros de un equipo de su relación con sus responsables; lo llamaron intercambios líder-miembro (ILM), que facilitan a su vez un mayor compromiso de los trabajadores, aumenta su dedicación, entusiasmo y productividad.
Sin embargo, algunas formas de humor por parte de un líder también pueden enviar una poderosa señal a los integrantes de un equipo de que no pasa nada si se infringen las reglas, punto donde se debe tener especial cuidado al momento de querer sobrellevar un ambiente quizás forzado de felicidad.
Influencia perjudicial
Los resultados demostraron que los líderes que recurrían más al tipo de humor perjudicial, eran los que tenían más probabilidades de allanar el camino para que el resto rompiera las normas, además de ser los de menor posibilidad de fomentar un sentimiento de compromiso con el trabajo dentro de sus equipos.
No obstante, los investigadores aclararon que dicho análisis no deberían interpretarse como un motivo para dejar de contar chistes en el trabajo, ya que las pruebas de que el humor representa una importante herramienta para motivar con éxito a un equipo siguen igual de claras.
Es solo a modo de reforzar el mensaje de que los líderes también deben tener presente su estatus como modelo y ejemplo para los demás, teniendo en cuenta la posición, porque las acciones sirven como pistas sociales para sus empleados, con consecuencias tanto positivas como negativas.
Por otro lado, los managers deben cuidar la manera en la que se presentan ante sus equipos, aumentar sus aptitudes de automonitorización y tomar una mayor conciencia de qué tipos de humor son apropiados en cada situación.
Por último, recalca que una broma puede empezar como solo una broma, pero que para los managers en particular, su impacto puede tener consecuencias de amplio alcance.