Apenas faltan cuatro años para que los Alfa, nacidos en 2010, cumplan la mayoría de edad. Ya se vislumbra una diversidad inédita en las empresas para la que sólo algunas están preparadas.
La velocidad a la que ha evolucionado la tecnología en los últimos veinte años, hace que poco o nada tengan que ver los jóvenes de entonces con los de ahora. Y si en los noventa quienes se incorporaban al mundo laboral ya no compartían nada con los que llevaban veinte años en un puesto de trabajo, piensen en aquellos que lleguen al mercado laboral en 2030. Los que entonces estarán a la puerta de su primer empleo han aprendido a hacerse un selfie antes que a dar sus primeros pasos… y en un mundo global reducido al caudal de información que fluye de una pantalla, es probable que tengan menos cosas en común que las generaciones precedentes. Y si los Boomers, X y hasta los primeros Millennials aún compartían una época analógica, los Zeta y los Alfa, sobre todo estos últimos, son nativos digitales… para lo bueno y para lo malo. Saber quiénes y cómo son los miembros de cada generación es el principio para una convivencia laboral.
Boomers
Nacieron entre 1956 y 1965, comprometidos, autosuficientes y competitivos aseguran que se formaron para liderar grupos e identificar roles. Es la generación más analógica, criados con una televisión en blanco y negro con dos canales, tienen fácil mantener un tema de conversación alrededor de las series, programas infantiles y anuncios que entonces salían del tubo de rayos catódicos. Impulsaron el movimiento de derechos civiles, la igualdad racial y el feminismo. Conocida como la generación romántica por su vínculo con las cosas y las personas, depositan sus afectos en esas tradiciones que han construido. Quizá por eso su fidelidad laboral es indiscutible, están orgullosos de su trabajo, trayectoria y prestigio. No ven como una amenaza a los X, sino cercanos, los respetan y se sienten a salvo con ellos. Son su mejor refugio porque saben que carecen de su orgullo, pero en muchos casos, los superan en responsabilidad y esfuerzo, algo que les beneficia para mantenerse en su puesto. Lo peor que les puede suceder a los Boomers es perder su empleo, entran en pánico porque no disponen de las herramientas necesarias para enfrentarse a un mundo al que nunca han tenido que adaptarse para progresar.
Generación X
Generación sándwich, porque deben cuidar a padres mayores y muchos de ellos a sus hijos aún pequeños; puente, porque están entre dos de las grandes, Boomers y Millennials; y otros definen a los X como la generación perdida: se incorporaron al mercado laboral en un momento marcado por la incertidumbre y el desempleo, por eso se representa como una incógnita. Nacidos entre 1965 y 1980 suelen ocupar aún puestos intermedios, topados por los Boomers que se resisten a dejarles vía libre, y por los Millennials y los Zeta que deslumbran a los altos mandos. Los X están menos preocupados por los cargos y más porque su trabajo tenga sentido. Adaptables y muy duchos en establecer relaciones interpersonales y laborales, son como los hermanos medianos, a los que nunca se les presta tanta atención como a los mayores, pero que son fundamentales para una buena convivencia familiar. Recuerdan el mundo analógico y se han adaptado al tecnológico, una combinación que cada vez más aprecian las organizaciones. Menos jerárquicos que sus predecesores, se caracterizan por su diplomacia corporativa y habilidad para entender, interpretar y, cuando es necesario, lidiar entre Boomers y Millennials.
Millennials
La generación más mediática vive en la eterna juventud. Los primeros cumplieron 20 años en el ya lejano 2000, pero todavía ahora presumen del ingenio, agilidad mental y cierto toque de insolencia con el que sedujeron a los reclutadores, un encanto que se resiente ante sus hermanos pequeños, los Zeta, menos numerosos, mejor preparados y con la adaptación que caracteriza a los X. Los Millennials, nacidos entre 1981 y 1994, individualistas, confiados y creativos son la chispa que reclamaban las generaciones precedentes, el complemento perfecto, ya que son más hábiles con la información que con el conocimiento. Poseen ese espíritu crítico necesario, aunque su impaciencia, un ritmo de vida rápido y su ansia de cambio puede jugarles una mala pasada: las obligaciones familiares y un contexto socioeconómico menos favorable ha puesto freno a esa irreverencia que cautivó a unos reclutadores ahora, están encandilados con los Zeta.
Generación Zeta
Muy preparados, digitales y adaptables, son el cóctel perfecto para los reclutadores. Los nacidos entre 1995 y 2009 subrayan la importancia del cuidado personal y el bienestar. Más que ninguna otra generación están anclados en trabajar para vivir y no lo contrario. De ahí que aprecien su tiempo libre y sean amigos de tener un horario fijo. Otra de sus virtudes es que tienen una perspectiva global y tratan de buscar soluciones llegado el momento… aunque se sienten perdidos si la tecnología, que les ha acompañado toda su vida, falla. Respetan las jerarquías, el único freno a cierta prepotencia que lucen ante otros colegas de más edad.
Alfa
Son los verdaderos nativos digitales. Algunos sostuvieron un móvil en sus manos antes que un sonajero o el biberón. Llegados al mundo en 2010, la revolución digital es el medio en el que han crecido. Es la generación con mayor acceso a un volumen infinito de información, interaccionan con las redes sociales, entenderán un mundo deslocalizado, las estructuras planas y la colaboración, lejos del individualismo de otras generaciones.
‘Están, pero no contestan’, ¿cómo lidiar con ‘los Mute’?
Los jefes, los mandos medios y los no tan jefes, los reclutadores y buena parte de los profesionales llevan un tiempo quejándose de aquellas personas que no responden a una llamada, “jamás cogen el teléfono”, y sólo atienden a los WhatsApp o emails. Normalmente son los más jóvenes los que optan por hacer mutis cuando alguien requiere su atención. Tanto es así que ya los conocen como la Generación Mute. Una legión de personas en torno a los 20 -aunque también es práctica habitual entre los treintañeros- prefieren usar el mensaje de texto a descolgar. Grupo Sabio, expertos en tecnologías para mejorar la experiencia de cliente –customer experience-, dice de esta generación que “nacida y criada en la era de la mensajería instantánea está redifiniendo cómo interactúan con las marcas”.
Es cierto que Los Mute son especialmente hábiles para navegar en distintas plataformas digitales de forma simultánea y procesar información a gran velocidad y demandan inmediatez. Las marcas ya se están replanteando sus estrategias de comunicación y márketing… algo que también ha llegado a la gestión de personas.
Los responsables de RRHH ya se plantean cómo llegar a esa generación que necesitan por sus destrezas digitales. La sociedad digital en España 2018, publicado por la Fundación Telefónica, revelaba que el 96,8% de los jóvenes españoles de 14 a 24 años utilizó WhatsApp como principal canal para comunicarse con algún familiar o amigo.
Más recientemente, una encuesta de BankMyCell -empresa de intercambios de teléfonos móviles- realizada entre más de 1.200 personas entre 22 y 37 años para averiguar por qué la generación del milenio odiaba hablar por teléfono, revelaba que el 80% afirmaba tener que prepararse mentalmente y armarse de valor antes de hacer una llamada… parece que responder a un mensaje de texto da un tiempo para pensar superior al de una conversación al uso.
Los gestores de personas y de equipos tienen ante sí un gran desafío en el que, pese a quien pese, el teletrabajo no ayuda.
