Les hacemos llegar un resumen del último debate realizado por la OIT sobre las formas «no tradicionales» de contratación de personal.
La misma se dio en el marco de la visita del Janine Berg, Economista principal del Departamento de Condiciones de Trabajo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), quien estuvo por Buenos Aires hace unos días para presentar ante especialistas y funcionarios del Gobierno un informe sobre los llamados empleos atípicos y que fue cubierto por el diario La Nación.
Es así que conforme a la investigación presentada, las formas atípicas del empleo son las que tienen alguna de las siguientes características como contratos temporales; sean estacionales, por proyectos, o por días, a tiempo parcial, temporales a través de agencias, o bien configuran relaciones encubiertas; que es cuando el trabajo en el que se cobra como cuentapropista.
El informe de la OIT describe que las leyes que regulan el empleo en el mundo se han basado, generalmente, en un tipo de trabajo que tiene continuidad en el tiempo y que está enmarcado en una relación clásica entre empleador y empleado. Por eso, si lo típico tiene que ver con esos rasgos, se define como atípico lo vinculado a formas temporales o a situaciones en las que el vínculo entre partes no es tan claro.
En la ocasión no pudo dejar de preguntar si el empleo atípico un trampolín o una trampa?
Su respuesta fue que si un país usa mucho estas modalidades y empieza a depender de ellas, se convierte en una trampa; en cambio, en los países donde el uso es moderado (y puede haber una transición hacia otros empleos) es un trampolín, es decir, una estrategia beneficiosa.
Historias expuestas en El País
El diseño de políticas que den lugar a las transiciones hacia el empleo pleno y formal y que gestionen eficientemente los riesgos sociales (formulando seguros de desempleo, por ejemplo), es la recomendación principal dejada por el estudio del organismo, que cumple un rol como disparador de debates. En el coloquio, de hecho, comentaron el tema especialistas que se mueven en los ámbitos académico, sindical y empresarial. Y de sus exposiciones surgieron diferentes ejes temáticos para el análisis.
Uno de esos tópicos es el de la desigualdad social. Los indicadores de «segmentación» de una sociedad, según se advirtió, influyen en los efectos que podrían tener las formas de trabajo más flexibles.
«La clave es analizar cuánto afectan estas modalidades a la generación y a la calidad del empleo. Que sean trampolín o trampa depende de cada situación: no es lo mismo un joven que está capacitado y a quien le viene bien un empleo de pocas horas y con flexibilidad para pagarse un viaje, que un joven de baja calificación, que siempre estará esperando que le renueven su contrato porque de eso dependen sus ingresos», observó Guillermo Zucotti, economista y ex director de Fiscalización del Ministerio de Trabajo.
Por su parte, la socióloga Marta Novick, también ex funcionaria y actual investigadora del Conicet, señaló que hay que estar atentos para evitar nuevas segmentaciones en la sociedad, y agregó que la manera en que se hacen las contrataciones tiene efectos no sólo sobre los derechos de los trabajadores, sino también sobre la productividad y las posibilidades de innovación. Dijo que una de las causas por las que la temporalidad afecta la productividad es la menor capacitación.
Y más allá de la formación que podrían ofrecer las empresas, el desfase entre el sistema educativo y el productivo fue tema citado en el coloquio.
Desde el punto de vista del esquema productivo, una recomendación de políticas suele ser que las formas flexibles sean usadas cuando la actividad o una tarea específica así lo requiera, más allá de que hoy existen modalidades en las que aún las figuras de trabajo no están bien definidas (el caso de las economías colaborativas o de plataforma).
Regulación Argentina
En la Argentina, la regulación local del empleo temporal contratado por agencias tiene sus restricciones, y de hecho, es uno de los países de la región donde hay más baja participación de estos contratos en el total de puestos formales. Ricardo Wachowicz, presidente del Grupo Bayton y de la Federación Argentina de Trabajo Temporario (Faett), afirmó que esas contrataciones suelen ser un trampolín al empleo estable. «Uno de cada cuatro trabajadores es efectivizado por nuestras empresas clientes», dijo el directivo, que hizo hincapié en las normativas vigentes que prohíben, por ejemplo, la existencia de brechas salariales entre temporales y permanentes.
Según destacó Roxana Maurizio, economista e investigadora del Conicet y del IIEP, las tendencias en ese aspecto varían según el país, y en lugares como Perú o México, donde se permite un mayor uso de contratos temporales, no se verifica que sea usual que los trabajadores transiten hacia otras formas de empleo, aunque sí se vio una mayor formalización con el alza de esas modalidades.
Otro de los aspectos destacados en el debate se refirió a la necesidad de mirar la experiencia. «No partimos de base cero, esto es un tren en movimiento», señaló Oscar Cetrángolo, economista, profesor de la UBA e investigador del IIEP. Recordó que, en la búsqueda de promover la transición entre la informalidad y la formalidad, se aprobó en su momento el monotributo. «Surgió con la idea de ser un puente [hacia el régimen impositivo general], pero el puente se hizo tan generoso que nadie se quiere bajar. Y así creamos una trampa», señaló, en referencia al sistema simplificado, que da prestaciones de la seguridad social subsidiadas.
La protección social es otro factor fundamental a observar, según destacaron los analistas. Maurizio puso su atención en un rasgo que tienen las políticas de ingresos pagados con recursos estatales: en el país se avanzó en proteger a los niños y a los adultos mayores, pero el seguro de desempleo es, en nuestro país, un esquema subdesarrollado. Es un tema a estudiar, según apuntó, sobre todo teniendo en cuenta que, por el cuadro social, muchos trabajadores se mueven en trayectorias entre bajos ingresos y nulos ingresos.
El diseño de las políticas que otorguen protección y que regulen adecuadamente las contrataciones, son parte del debate. Sólo parte, porque sin un contexto que promueva el crecimiento para el largo plazo, no tendrán efectividad por sí mismas.